Senderismo Ruta 5

Llucmajor

Llucmajor – Puig de Ses Bruixes – Llucmajor.
Duración 2 h 15 min  7,1 km  Fácil, pero con un ascenso empinado.

El  Puig  de  Ses  Bruixes,  con  una  altitud  de  más  de  300  m  sobre  el  nivel  del  mar,  es  aquella  montaña   puntiaguda   que   destaca   por   su   curiosa  forma,  visible  desde  buena  parte  de  Llucmajor.

Desde  su  cima,  no  solo  puede  verse  Llucmajor  y  sus  alrededores,  municipio  en  que  se  encuentran  todas  las  excursiones  de  este  libro, sino más bien casi toda la isla de Mallorca. Parece  desafiar  nuestra  intención  de  coronarla,  mientras  contemplamos  su  pico  triangular  y  agreste desde nuestro punto de partida. Aunque veremos luego que no había nada que temer, ya que resulta una montaña bastante accesible por su  ladera  norte.  Además,  ¡una  impresionante  vista panorámica nos espera!
La   excursión   empieza   en   el   cementerio   de   Llucmajor,  donde  hay  un  aparcamiento  muy  amplio. Salimos en dirección norte, directamente hacia la Serra de Galdent por el Camí de Galdent. Nos mantendremos en  el  camino  principal,  pasando  el  Camí  de  Buniferri  a  mano  derecha,  hasta  llegar  al  Camí  de  Ferrutxelles  (12  min),  donde  giraremos  a  la  derecha.  Este  es  un  agradable  camino  rural,  bastante  tranquilo,  con  algunas  casas  entre  los  árboles.  Puede  que  rompa  el  silencio  algún  que  otro  ladrido  de  perro,  alertado  por  nuestra  presencia.  Al  acabar  el  asfalto  cerca  de  una  intersección  de  caminos,  cruzamos  el  Camí  des  Puig  (nuestro  camino  de  vuelta  regresa  desde  la  izquierda  en  este  punto)  y  continuaremos  en el Camí de Ferrutxelles, ahora en un camino pedregoso.    Caminando  por  aquí,  tenemos  una  buena  vista  abierta  hacia  nuestro  destino,  el  Puig de Ses Bruixes, “Montaña de las Brujas”, y podremos apreciar sus extrañas formas rocosas. Desde este punto, parece imposible acceder a su pico,  pero  a  medida  que  vayamos  rodeando  su  base, su apariencia va cambiando.
A los 25 min continuaremos hacia la derecha (el camino  de  la  izquierda  conduce  a  unas  fincas al pie de la montaña) siguiendo todavía el Camí de  Ferrutxelles  en  un  ligero  descenso.  Pronto  llegaremos  a  un  camino  ancho,  el  Camí  de  Son  Saleta,  donde  giraremos  a  la  izquierda.  Es  interesante  notar  la  antigua  acequia  en  el  lado  derecho  de  este  camino  de  tierra,  que  antaño  llevaba agua desde las montañas de Randa hacia Llucmajor,  y  la  distribuía  en  pequeñas  acequias  a cada hogar. Las paredes fueron elevadas unos años después, pero ahora ha caído en desuso. Caminamos ahora hacía la montaña, y podremos ver cómo va cambiando su forma.
El    camino    arenoso    se    desvía   ligeramente   hacia   la  izquierda,  y  pasaremos  un    camino    cerrado    a    la     derecha,     cerca     de    una   antigua   fábrica   de   cemento        abandonada.        Continuaremos bordeando el  pie  de  la  montaña  un  poco   hacia   la   izquierda.   Mientras  tanto  tendremos  buenas   vistas   hacia   los   montes de Randa a nuestra derecha. A  los  40  min  un  camino,  difícil  de  distinguir,  sube  a  la  izquierda  del  nuestro.  No  es  muy  obvio,  pero  se  puede  seguir  ya  que  enlaza  con  nuestro  camino  de  subida  un  poco  más arriba. De todos modos, es mejor continuar en  el  camino  principal  unos  minutos  más  para  encontrar  el  comienzo  del  sendero  de  ascenso  a mano izquierda, justo delante de un aljibe de agua.  Girando  a  la  izquierda  pues,  iniciaremos  nuestro  ascenso  por  este  sendero,  ancho  al  principio  pero  estrechándose  casi  enseguida,  entre  arbustos  de  brezo  y  pinos.  Un  poco  más  arriba el sendero tuerce hacia la derecha, y es en este punto que el otro caminito no tan obvio se junta con el nuestro. Aquí veremos que alguien ha colocado una flecha de piedras en el suelo a modo de guía. Ahora el sendero empieza a subir más  en  serio,  es  más  empinado,  y  ascendemos  rápidamente.  Las  vistas  empiezan  a  ser  más  amplias, sobretodo hacia los montes de Randa. Después  de  pasar  por  un  hueco  en  una  pared  seca   de   piedra,   giraremos   inmediatamente  hacia la izquierda donde el sendero sigue hacia arriba. Veremos a lo largo de la ruta unos hitos o montoncitos de piedras que nos van guiando entre  la  vegetación  y  las  rocas,  ya  que  a  partir
de aquí el camino es algo más difícil de ver. Ya estamos a más de 200 m de altura.

Después de una fuerte pero corta subida, seguiremos hacia la  izquierda  donde  la  ruta  rodea  unas  rocas  grandes.  Pronto  llegaremos  a  un  gran  montón  de  piedras  justo  debajo  de  una  pared  de  roca;  aquí comienza la bajada al regresar de la cima. Pero primero queremos coronar el pico, así que continuaremos  hacia  la  meta  enfilándonos  por la  pared  de  roca  que  tenemos  delante  (no  es  difícil),  para  seguir  caminando  y  saltando  de  roca  en  roca,  (hay  algo  de  camino  entre  ellas)  hasta llegar por fin a la cima de esta enigmática montaña, el Puig de Ses Bruixes, a 359 m sobre el nivel del mar (1 h 25 min).

Y ¡qué maravilloso panorama nos espera! – hay vistas  abiertas  a  todo  nuestro  alrededor,  si  el  buen tiempo acompaña y hay buena visibilidad, ¡por supuesto! A nuestros pies queda Llucmajor y su costa, con la Isla de Cabrera delante sobre un horizonte azul. Podremos ver la enorme Bahía de Palma con la gran ciudad blanca reflejada en sus aguas. Hacia el este, los montes de Felanitx y  toda  la  costa  sur,  y  las  montañas  de  Randa.  Hacia  el  norte,  se  puede  apreciar  casi  toda  la  Serra de Tramuntana, desde su extremo suroeste hasta la península de Formentor. Y la gran Bahía de  Alcudia,  incluso  las  lejanas  montañas  de  Artà son visibles desde aquí en días claros. Con total seguridad pasaremos algo de tiempo aquí arriba para disfrutar de todo esto, y ¡quizá hacer alguna foto!
La   leyenda   cuenta   que   el   nombre   de   esta   montaña  procede  de  las  brujas  que  habitaban  en  unas  cuevas  cercanas.  Cuando  los  carros  circulaban a los pies de dicha montaña, los mulos tenían gran difi cultad para tirar de ellos, ya que las  brujas  se  montaban  encima  de  los  mulos  sin que fueran vistas y apenas podían tirar. Los habitantes  del  lugar  pusieron  en  conocimiento  del  rey  Jaume  I  el  hecho,  y  él  se  dirigió  hacia  el  Puig  de  Ses  Bruixes  con  dos  capellanes  y  un  monaguillo. Se encaramó con la carroza hasta el pico  y  plantó  una  cruz.  El  monaguillo  mientras  tanto,  muerto  de  miedo,  se  situó  en  un  monte  vecino,  por  eso  se  llama  el  “Puig  de  s ́Escolà”  (monaguillo).  Desde  entonces  no  han  vuelto  a aparecer las brujas.
Nuestro regreso será retrocediendo por las rocas y  descendiendo  hasta  el  montón  de  piedras  debajo  de  la  pared  de  piedra,  a  unos  cinco  minutos  desde  la  cima.  Si  buscamos  un  poco,  veremos una flecha roja, indicando tres caminos, pintada en la roca cerca del montón de piedras, y aquí comienza nuestro descenso. De espaldas a  la  cima,  giraremos  a  la  izquierda  entre  dos  paredes  de  roca,  para  seguir  un  sendero  bien  marcado.  Este  camino  baja  rápidamente  entre  los árboles, bastante empinado en algún punto y  con  piedras  sueltas  a  veces,  aunque  nada difícil.  En  solo  diez  minutos  habremos  hecho  el descenso, acabando en un camino asfaltado, donde giraremos a la izquierda. Al final de este camino  giraremos  otra  vez  a  la  izquierda  para  continuar  en  el  Camí  des  Puig  en  dirección  a  Llucmajor.  Al  llegar  a  la  intersección  (donde  cruzamos  en  el  trayecto  de  ida)  giraremos  a  la  derecha    para  seguir  de  nuevo  el  Camí  de  Ferrutxelles hasta el Camí de Galdent. Ahora solo nos  faltará  un  giro  a  la  izquierda  para  regresar  a  Llucmajor,  llegando  al  punto  de  partida  en  el   aparcamiento   del   cementerio,  habiendo   finalizado  así  una  ruta  circular  de  7,1  km  en  2  h 15 min