En s’Arenal de Llucmajor existieron molinos con un fin curioso: molían mineral de yeso y también pimientos para fabricar el pimentón.
Antiguamente en la zona de s’Arenal, y en el resto de Llucmajor, existieron muchas zonas de donde se extraía piedra de marès. Aún hoy existen algunas canteras en activo de donde se obtienen bloques y áridos para la construcción.
Los sillares que se obtenían de las canteras se transportaba en carros, barcas y, a partir de 1916, también en ferrocarril. En el pequeño embarcadero, situado en el emplazamiento del actual Club Nàutic s’Arenal, se cargaba el material en barcas que lo distribuían por el litoral.
En la zona de Calvià existían yacimientos de mineral de yeso por lo que, aprovechando el viaje para cargar bloques de marès, las barcas que cruzaban la bahía, traían el mineral en bruto a s’Arenal donde se cocía en los hornos anejos a los molinos y después se trituraba. El yeso vivo obtenido se transportaba de nuevo donde fuera solicitado.
Existía uno de estos molinos justo delante de la iglesia de Nostra Sra. de la Lactància. Este molino llamado de Can Alegria, hoy desaparecido, se reutilizó también para moler pimientos secos y producir el pimentón. Las ristras de pimientos colgaban al sol en las fachadas de las casas próximas para secarse y esparcían su olor característico hasta estar listos para la molturación.
Otro de estos molinos, el Molí de Can Pastilla, permanece en su lugar, un poco más arriba de la misma calle donde se encontraba el anterior y todavía puede verse entre los edificios actuales.
Ambos se encuentran al lado del antiguo camino de s’Algar (actual c. de Sant Cristòfol), en la parte alta de s’Arenal donde se podía aprovechar mejor la brisa que llega del mar por la diferencia de temperatura en verano, el embat, y lugar por donde circulaban los carros que llevarían el material hacia el mar o hacia el interior.
Existe un tercer molino al borde del mismo camino a un kilómetro de este último (actual carretera Ma-6020), el Molí de Can Pere, que actualmente es un restaurante. Justo al lado del mismo se encuentran las dos únicas barracas que restan de las que se utilizaban para almacenar las hojas de posidonia. Los carros las transportaban desde la playa y las guardaban en esas dependencias para su posterior aprovechamiento en agricultura y ganadería.